Esta es una nueva novela sobre Mayra y Joseph, espero les guste, es facinante el trama y puedo decir en lo personal que me divierte escribirla, amada niñera trata sobre una chica lo cual busca ser ella misma, que la quieran por lo que es y tiene, mientras que ella vive en londres, el joven Joseph, apenas en sus extasis te juventud explora lo que es la rebeldia, como se juntan ambas historias?...eso lo descubrira usted lector.
~ 01
- Papa, se que podrás salir de esto – dije con unas cuantas lagrimas en mi rostro.
- Mayra quiero que me prometas, pase lo que pase, serás feliz – mi padre me miro a los ojos, se encontraba en aquella camilla a minutos de su partida.
- Papa no hables así, por favor, se que te mejoraras – mis lagrimas caían en aquella bata azul que traía puesta.
- Hija, tanto tu como yo sabemos que no me queda mucho, los doctores han dicho que esta enfermedad era terminal – una de sus manos paso a mi mejilla, cerré mis ojos aun llenos de lagrimas, puse mi mano sobre la suya y sentí su caria suave – te amo hija – y al momento de haber terminado aquella frase, su mano se debilito, aquel aparato de ritmo emitió un sonido ensordecedor, tan largo que si no lo desconectaban no tenia fin, si, se había ido mi padre, los doctores entraron a aquella habitación tan rápido que solo me empujaron hacia un costado para atender a mi papa.
- El señor Mcgonal a fallecido – no era necesario que lo dijeran, eso lo sabia, Salí de aquella habitación, no soportaba la idea de ver a mi padre en aquel estado, se había ido mi ser mas cercano y solo me quedaba mi madre, la cual no sabia nada de ella. Desde pequeña, a los 3 años mi madre abandono a mi padre, las razones las desconozco. Salí del hospital pero los reporteros empezaron a bombardearme de preguntas.
- Como esta su padre señorita?
- Todo bien?
- Alguna nueva noticia? – esas y mas preguntas hacían que volvieran a mis lagrimas, solo me detuve en seco y todos los reporteros callaron.
- Mi padre…a fallecido – dije en seco, todos se amontonaron hacia mi junto con sus cámaras y grabadoras, mis tres guardaespaldas me cubrieron ayudándome a subir a la limusina, una vez adentro me a coste en el asiento me valía si no era de porte o no, ahora la prensa tendrá que publicar “ el gran empresario y escritor a fallecido tras un tumor cerebral” u “ gran millonario, escritor, deja a su hija huérfana” uno de esos dos titulares deben poner, que se espera de la gran Inglaterra?, miraba el techo de la limusina, era tan negro, negro como mi corazón, como deseaba que estar ahora en los brazos de mi padre los cuales sabia que nunca volverían a tocar mi piel, a decir aquellas palabras de aliento para seguir adelante, solo ahora me quedaba seguir mi vida. Cuando llegamos a la mansión, solo deseaba entrar a mi cuarto y hay desahogarme, baje de la limusina, y como siempre, mis empleados me hablaban sobre cosas las cuales no podía captar aun, cuando por fin entre a mi habitación me acosté en mi cama, y como si fuera sensor, mis sentimientos, al contacto con la cama mis lagrimas empezaron a salir, lo extrañaba, apenas horas de su partida y ya lo sentía lejos de mi, su tacto con mi piel, mis juegos y risas de ambos ya no podría hacer, una ráfaga de viento abrió mi ventanas provocando que todo lo que tenia volara, papeles de letras de canciones y dibujos, me levante rápido y cerré con un fuerte portazo, me limpie las lagrimas y solo me recargue en mi ventana, azote mi cabeza contra el cristal y escuche como si algo se hubiese caído, mire el piso y así era, el cuarto libro de la saga “ amor andante” de mi padre había caído abriéndose en una hoja, lo tome y antes de cerrarlo su contenido me llamo la atención, “ sindi buscando la libertad y la felicidad de aquel ser que la dejo, cambio de vida, dispuesta a buscar lo perdido y lo nunca encontrado, su aventura comenzaría por la felicidad de ella, por ser independiente…”, sindi, aquel personaje de historias de mi padre, el cual en aquel volumen había perdido a su gran amor tras un accidente, decidía cambiar de vida, ser otra, contemple el libro y lo volví a dejar en su lugar, mire mi alrededor y luego eche un vistazo a la ventana nuevamente, esta no era la vida que me podrá dar felicidad, prometí a mi padre ser feliz y siendo esclava de la fama y el dinero no podre, tome una maleta y empecé a empacar, era momento de cambiar, dejar de ser Mayra Mcgonal. Cuando mi pequeña maleta de ropa estuvo lista Salí de mi habitación, Frank mi mayordomo estaba en la puerta principal, cuando escucho mis pasos, volteo y lo primero que vio fue la maleta.
- A donde ira señorita?
- Frank puedo confiar en ti? – dije acercándome rápidamente a el.
- Claro señorita, usted sabe que siempre tendrá un amigo en mi.
- Entonces, ven – dije asiéndole una señal para que acercara su oído. – me iré de la casa, are otra vida lejos de la fama y del dinero.
- Pero…pero…señorita!, esta segura? – dijo un poco preocupado.
- Si, mi padre me lo dijo – dije recordando la cita de texto que leí.
- Entonces, una vez instalada en un lugar, llame...
- Claro – sonreí con desgana, aun no me encontraba bien de el incidente de mi padre, pero debo superarlo, se que el sigue aquí, conmigo a mi lado, pero…no presente, no en cuerpo, solo espiritualmente. Frank me abrazo como una despedida, a lo cual correspondí, cuando me dio poco dinero para el transporte a donde iba a ir Salí de la casa, con rumbo a mi nueva vida, mi aventura y…mi felicidad.
- No fiestas, no reuniones, no “por que me sentía solo”, ni nada, entendiste!? – dijo mi madre mirándome desafiante.
- Si, si ya entendí – dije cansado, siempre era lo mismo, salir a trabajar, llevarse al par de monstros ( mis hermanas) y luego llegar como a las doce de la noche.
- Bueno hijo, me tengo que ir, me llevo a tus hermanas – si, como siempre, ellas si pueden divertirse apenas teniendo nueve y diez años. – cuídate, te amo.
- Igual mama – y…cerro la puerta, por fin!, corrí por el teléfono y con una maniobra lo tome y al instante me senté en el sofá, marque el numero de mi mejor amigo y el contesto.
- Que hay Joseph, a que hora la fiesta – dijo bromista.
- Bien sabes para que te llamo – dije riendo – a la misma hora de siempre, a las cuatro y media.
- Y cual es la escusa?
- Mi madre dijo “ no fiestas, no reuniones, no “por que me sentía solo”, ni nada.
- Mmm si que te la puso difícil.
- Ni tanto, ella dijo ni nada, pues aremos algo - sonreí victorioso.
- Tu siempre fijándote en las palabras.
- Claro, así nunca aria lo que quisiera
- Entonces, hay estaré, llamare a los mismos y mas
- Claro, te veo – y colgué, siempre era lo mismo, fiesta tras fiesta mientras que mis padres salían, mi mama trabaja en diseño de modas, ella era una diseñadora muy famosa mientras que mi padre era jefe de la disquería Rowlins, y por obvio teníamos mucho dinero, mis hermanas siempre todos la veían como las niñas buenas mas siempre son las que hacen travesuras, por eso les decía las monstros, empecé a sacar las bebidas y las botanas, a poner la música, tome uno de mis cd´s y la música de Dj Méndez “Lady” sonada por toda mi casa, el timbre sonó y claro, solo faltaban diez minutos para que la fiesta comenzara, abrí y las personas empezaban a pasar, la fiesta comenzaba las chicas con la canción empezaban a bailar, mientras que los chicos tomaban las bebidas y algunos bailaban muy pegado con las chicas, yo solo veía cuanta gente entraba asta que un chico toco mi hombro.
- Hermano! – dijo mi amigo.
- Que hay David – dije dándole un apretón de manos.
- Amor! – aquella voz chillona me izo exaltar un poco, voltee y hay estaba ella, mi novia Ángel.
- Ángel - dije entre dientes – que haces aquí, no estabas de viaje?
- Si, pero llegue hoy y david me llamo diciéndome que había fiesta aquí, aparte tenia ganas de verte amor – dijo asiéndome ojitos, bueno por lo menos era sexy y era la chica mas popular en todo mi grupo de amigos.
- Entonces ven aquí linda – la tome de la mano y la jale para darle un beso en los labios apasionadamente.
- Si se quieren comer, están las recamaras – dijo mi amigo riendo – calma bro, apenas tenemos quince años – deje de besar a mi novia para mirarlo sonriente.
- Que hacemos aquí, esto es una fiesta! – dije animando a ir a mi amigo y a mi novia a la pista de baile la cual era la sala, pero al momento de ponernos a bailar el teléfono sonó, ya todos sabían que al contestar todos debían estar en toral silencio, tome el teléfono, pare la música con el control remoto del estéreo y detuve la música. – bueno?
- Hijo! – dios, si se enteraba me iba a ir mal.
- Mama
- Hijo, quería avisarte que iré por tu papa que ya vino de Tokio. – al escuchar la palabra padre se me abrieron los ojos, mi papa había salido de los Ángeles para ir a Tokio por temas de la disquera, valla por fin papa regresaría después de dos largos meses – te pido que vallas por tus hermanas a la casa de Sofía ahora, no tardare en llegar con tu papa.
- Estas en camino al aeropuerto?
- Si, escuchaste lo que te dije?
- Si
- Entonces, ya sabes que debes hacer, no tarde, llegare antes de que tu llegues con tus hermanas – dijo mi mama para luego colgar, deje el teléfono en la mesita y un chico tomo el control y volvió a sonar la música, lo tome nuevamente y la apague.
- Chicos, la fiesta acabo.
- Que?, - dijeron todos.
- Al parecer mis padres AMBOS llegaran – dije mirando a David el cual entendió por que me ponía nervioso.
- Bueno, bueno, todos afuera si no quieren que suelte a los perros – dijo mi amigo el cual estaba apunto de soltar a los perros guardianes de mi casa, todos salieron corriendo de mi casa dejando todo un desorden – que paso hermano?
- Si amor, que paso?
- Ángel, tu también te podrías ir? – dije mirándola serio.
- Uuh, esta bien, solo te digo que mañana saldremos los dos al cine si?
- Si, si lo que digas – dije sin ganas, ella salió de la casa y luego me senté en el sofá.
- Tu papa vendrá? – dijo mi amigo.
- Si
- No as echo lo que te dijo verdad?
- No – dije serio, lo que mi papa me pidió hacer antes de que se fuera era ser un chico mas centrado en las cosas financieras ya que el me heredaría la empresa, aparte de buscar una chica correcta para mi, diferente que realmente fueran sentimientos en la relación, mire a mi amigo pidiendo ayuda ya que la casa estaba echa una asco.
- Que?
- Necesito ir por mis hermanas y el lugar esta sucio – dije sonriéndole amigablemente.
- Ok , ok, vete yo limpio – dijo tomando la escoba – aun no entiendo por que los fin de semanas tus ayudantes no están – dijo mi amigo enredado en el trapeador, yo solo reí.
- No te rías!, anda vete o tus papas no encontraran a tus hermanas.
- Gracias hermano, no se que aria sin ti – dije para después cerrar la puerta de la casa, tome la Hummer y Salí rápido por mis hermanas, si contaba con poco tiempo y mucha velocidad.
~ 01
- Papa, se que podrás salir de esto – dije con unas cuantas lagrimas en mi rostro.
- Mayra quiero que me prometas, pase lo que pase, serás feliz – mi padre me miro a los ojos, se encontraba en aquella camilla a minutos de su partida.
- Papa no hables así, por favor, se que te mejoraras – mis lagrimas caían en aquella bata azul que traía puesta.
- Hija, tanto tu como yo sabemos que no me queda mucho, los doctores han dicho que esta enfermedad era terminal – una de sus manos paso a mi mejilla, cerré mis ojos aun llenos de lagrimas, puse mi mano sobre la suya y sentí su caria suave – te amo hija – y al momento de haber terminado aquella frase, su mano se debilito, aquel aparato de ritmo emitió un sonido ensordecedor, tan largo que si no lo desconectaban no tenia fin, si, se había ido mi padre, los doctores entraron a aquella habitación tan rápido que solo me empujaron hacia un costado para atender a mi papa.
- El señor Mcgonal a fallecido – no era necesario que lo dijeran, eso lo sabia, Salí de aquella habitación, no soportaba la idea de ver a mi padre en aquel estado, se había ido mi ser mas cercano y solo me quedaba mi madre, la cual no sabia nada de ella. Desde pequeña, a los 3 años mi madre abandono a mi padre, las razones las desconozco. Salí del hospital pero los reporteros empezaron a bombardearme de preguntas.
- Como esta su padre señorita?
- Todo bien?
- Alguna nueva noticia? – esas y mas preguntas hacían que volvieran a mis lagrimas, solo me detuve en seco y todos los reporteros callaron.
- Mi padre…a fallecido – dije en seco, todos se amontonaron hacia mi junto con sus cámaras y grabadoras, mis tres guardaespaldas me cubrieron ayudándome a subir a la limusina, una vez adentro me a coste en el asiento me valía si no era de porte o no, ahora la prensa tendrá que publicar “ el gran empresario y escritor a fallecido tras un tumor cerebral” u “ gran millonario, escritor, deja a su hija huérfana” uno de esos dos titulares deben poner, que se espera de la gran Inglaterra?, miraba el techo de la limusina, era tan negro, negro como mi corazón, como deseaba que estar ahora en los brazos de mi padre los cuales sabia que nunca volverían a tocar mi piel, a decir aquellas palabras de aliento para seguir adelante, solo ahora me quedaba seguir mi vida. Cuando llegamos a la mansión, solo deseaba entrar a mi cuarto y hay desahogarme, baje de la limusina, y como siempre, mis empleados me hablaban sobre cosas las cuales no podía captar aun, cuando por fin entre a mi habitación me acosté en mi cama, y como si fuera sensor, mis sentimientos, al contacto con la cama mis lagrimas empezaron a salir, lo extrañaba, apenas horas de su partida y ya lo sentía lejos de mi, su tacto con mi piel, mis juegos y risas de ambos ya no podría hacer, una ráfaga de viento abrió mi ventanas provocando que todo lo que tenia volara, papeles de letras de canciones y dibujos, me levante rápido y cerré con un fuerte portazo, me limpie las lagrimas y solo me recargue en mi ventana, azote mi cabeza contra el cristal y escuche como si algo se hubiese caído, mire el piso y así era, el cuarto libro de la saga “ amor andante” de mi padre había caído abriéndose en una hoja, lo tome y antes de cerrarlo su contenido me llamo la atención, “ sindi buscando la libertad y la felicidad de aquel ser que la dejo, cambio de vida, dispuesta a buscar lo perdido y lo nunca encontrado, su aventura comenzaría por la felicidad de ella, por ser independiente…”, sindi, aquel personaje de historias de mi padre, el cual en aquel volumen había perdido a su gran amor tras un accidente, decidía cambiar de vida, ser otra, contemple el libro y lo volví a dejar en su lugar, mire mi alrededor y luego eche un vistazo a la ventana nuevamente, esta no era la vida que me podrá dar felicidad, prometí a mi padre ser feliz y siendo esclava de la fama y el dinero no podre, tome una maleta y empecé a empacar, era momento de cambiar, dejar de ser Mayra Mcgonal. Cuando mi pequeña maleta de ropa estuvo lista Salí de mi habitación, Frank mi mayordomo estaba en la puerta principal, cuando escucho mis pasos, volteo y lo primero que vio fue la maleta.
- A donde ira señorita?
- Frank puedo confiar en ti? – dije acercándome rápidamente a el.
- Claro señorita, usted sabe que siempre tendrá un amigo en mi.
- Entonces, ven – dije asiéndole una señal para que acercara su oído. – me iré de la casa, are otra vida lejos de la fama y del dinero.
- Pero…pero…señorita!, esta segura? – dijo un poco preocupado.
- Si, mi padre me lo dijo – dije recordando la cita de texto que leí.
- Entonces, una vez instalada en un lugar, llame...
- Claro – sonreí con desgana, aun no me encontraba bien de el incidente de mi padre, pero debo superarlo, se que el sigue aquí, conmigo a mi lado, pero…no presente, no en cuerpo, solo espiritualmente. Frank me abrazo como una despedida, a lo cual correspondí, cuando me dio poco dinero para el transporte a donde iba a ir Salí de la casa, con rumbo a mi nueva vida, mi aventura y…mi felicidad.
- No fiestas, no reuniones, no “por que me sentía solo”, ni nada, entendiste!? – dijo mi madre mirándome desafiante.
- Si, si ya entendí – dije cansado, siempre era lo mismo, salir a trabajar, llevarse al par de monstros ( mis hermanas) y luego llegar como a las doce de la noche.
- Bueno hijo, me tengo que ir, me llevo a tus hermanas – si, como siempre, ellas si pueden divertirse apenas teniendo nueve y diez años. – cuídate, te amo.
- Igual mama – y…cerro la puerta, por fin!, corrí por el teléfono y con una maniobra lo tome y al instante me senté en el sofá, marque el numero de mi mejor amigo y el contesto.
- Que hay Joseph, a que hora la fiesta – dijo bromista.
- Bien sabes para que te llamo – dije riendo – a la misma hora de siempre, a las cuatro y media.
- Y cual es la escusa?
- Mi madre dijo “ no fiestas, no reuniones, no “por que me sentía solo”, ni nada.
- Mmm si que te la puso difícil.
- Ni tanto, ella dijo ni nada, pues aremos algo - sonreí victorioso.
- Tu siempre fijándote en las palabras.
- Claro, así nunca aria lo que quisiera
- Entonces, hay estaré, llamare a los mismos y mas
- Claro, te veo – y colgué, siempre era lo mismo, fiesta tras fiesta mientras que mis padres salían, mi mama trabaja en diseño de modas, ella era una diseñadora muy famosa mientras que mi padre era jefe de la disquería Rowlins, y por obvio teníamos mucho dinero, mis hermanas siempre todos la veían como las niñas buenas mas siempre son las que hacen travesuras, por eso les decía las monstros, empecé a sacar las bebidas y las botanas, a poner la música, tome uno de mis cd´s y la música de Dj Méndez “Lady” sonada por toda mi casa, el timbre sonó y claro, solo faltaban diez minutos para que la fiesta comenzara, abrí y las personas empezaban a pasar, la fiesta comenzaba las chicas con la canción empezaban a bailar, mientras que los chicos tomaban las bebidas y algunos bailaban muy pegado con las chicas, yo solo veía cuanta gente entraba asta que un chico toco mi hombro.
- Hermano! – dijo mi amigo.
- Que hay David – dije dándole un apretón de manos.
- Amor! – aquella voz chillona me izo exaltar un poco, voltee y hay estaba ella, mi novia Ángel.
- Ángel - dije entre dientes – que haces aquí, no estabas de viaje?
- Si, pero llegue hoy y david me llamo diciéndome que había fiesta aquí, aparte tenia ganas de verte amor – dijo asiéndome ojitos, bueno por lo menos era sexy y era la chica mas popular en todo mi grupo de amigos.
- Entonces ven aquí linda – la tome de la mano y la jale para darle un beso en los labios apasionadamente.
- Si se quieren comer, están las recamaras – dijo mi amigo riendo – calma bro, apenas tenemos quince años – deje de besar a mi novia para mirarlo sonriente.
- Que hacemos aquí, esto es una fiesta! – dije animando a ir a mi amigo y a mi novia a la pista de baile la cual era la sala, pero al momento de ponernos a bailar el teléfono sonó, ya todos sabían que al contestar todos debían estar en toral silencio, tome el teléfono, pare la música con el control remoto del estéreo y detuve la música. – bueno?
- Hijo! – dios, si se enteraba me iba a ir mal.
- Mama
- Hijo, quería avisarte que iré por tu papa que ya vino de Tokio. – al escuchar la palabra padre se me abrieron los ojos, mi papa había salido de los Ángeles para ir a Tokio por temas de la disquera, valla por fin papa regresaría después de dos largos meses – te pido que vallas por tus hermanas a la casa de Sofía ahora, no tardare en llegar con tu papa.
- Estas en camino al aeropuerto?
- Si, escuchaste lo que te dije?
- Si
- Entonces, ya sabes que debes hacer, no tarde, llegare antes de que tu llegues con tus hermanas – dijo mi mama para luego colgar, deje el teléfono en la mesita y un chico tomo el control y volvió a sonar la música, lo tome nuevamente y la apague.
- Chicos, la fiesta acabo.
- Que?, - dijeron todos.
- Al parecer mis padres AMBOS llegaran – dije mirando a David el cual entendió por que me ponía nervioso.
- Bueno, bueno, todos afuera si no quieren que suelte a los perros – dijo mi amigo el cual estaba apunto de soltar a los perros guardianes de mi casa, todos salieron corriendo de mi casa dejando todo un desorden – que paso hermano?
- Si amor, que paso?
- Ángel, tu también te podrías ir? – dije mirándola serio.
- Uuh, esta bien, solo te digo que mañana saldremos los dos al cine si?
- Si, si lo que digas – dije sin ganas, ella salió de la casa y luego me senté en el sofá.
- Tu papa vendrá? – dijo mi amigo.
- Si
- No as echo lo que te dijo verdad?
- No – dije serio, lo que mi papa me pidió hacer antes de que se fuera era ser un chico mas centrado en las cosas financieras ya que el me heredaría la empresa, aparte de buscar una chica correcta para mi, diferente que realmente fueran sentimientos en la relación, mire a mi amigo pidiendo ayuda ya que la casa estaba echa una asco.
- Que?
- Necesito ir por mis hermanas y el lugar esta sucio – dije sonriéndole amigablemente.
- Ok , ok, vete yo limpio – dijo tomando la escoba – aun no entiendo por que los fin de semanas tus ayudantes no están – dijo mi amigo enredado en el trapeador, yo solo reí.
- No te rías!, anda vete o tus papas no encontraran a tus hermanas.
- Gracias hermano, no se que aria sin ti – dije para después cerrar la puerta de la casa, tome la Hummer y Salí rápido por mis hermanas, si contaba con poco tiempo y mucha velocidad.