26 feb 2011

Amada niñera ~ 02


~*~
- El avión a aterrizado, favor de desabrochar sus cinturones y bienvenidos a los L.A – valla, nueva ciudad nuevo comienzo, antes de salir de Inglaterra había decidido cambiar de apariencia y de nombre, si daba mi registro como Mayra Mcgonal, todos sabrían que mi padre era el famoso escritor, por eso cambie mi peinado ( lo cual consiste en cabello por capas y mechones rosas) y mi nombre por May Lara, una chica común, baje del avión tomando mi pequeña maleta, ahora…Los Ángeles, la gran ciudad de las estrellas, una vida nueva y un nuevo comienzo…
- Señorita, me da permiso? – dijo un señor con una sonrisa muy amistosa, llevaba un portafolio y una maleta.
- Oh si, si, disculpe – me moví a un costado y el señor paso, solo me dio una sonrisa muy amigable y fue con una señora que lo esperaba, al verlo lo abrazo muy cariñosa y deposito un corto beso en sus labios, se veía realmente hermosa la señora, debe tener como unos veinte y cuatro años, era hermosa tanto que su cabellera le llegaba a sus hombros por capas, era una modelo?, parecía que si. Salí del aeropuerto con mi pequeña maleta, respire el aire a “libertad” que tenia de aquella vida, empecé a caminar sin rumbo, solo veía pasar a personas con prisa, unos que otros hablando por celular, otros mirando su reloj, que todos siempre tienen una preocupación, nadie tiene tiempo para salir advertirse, deberían tomarse unos días, parecían zombis de aquellos aparatos, camine y seguí caminando asta que un niño con un periódico me llamo la atención – me permites tanto el periódico?
- Lo siento pero si no lo compra no puedo dárselo – dijo el pequeño, bufe , todos se tenían que ver por que comer y pensar que estoy en las mismas situaciones que el.
- Cuanto cuesta?
- Cinco dólares – dijo el niño, busque en mi chaqueta y del dinero que me había dado Frank tome solo cinco dólares.
- Ten – dije extendiéndole el billete, el lo tomo y me dio el periódico, lo extendí y mire la portada “ escritor Mcgonal a muerto”, abrí la sección sobre aquella notica y empecé a leer, “ el famoso empresario y luego de algunos años el famoso escritor a muerto apenas ayer tras haber padecido un tumor en el cerebro el cual estaba terminando con su vida, tras su muerte su hija solo nos dijo secamente que su padre había fallecido, la joven tras su muerte no a apareció ni en el funeral del millonario empresario, pensamos que la joven huyo de lo que es su casa, por dolor?, o por soledad ya que había perdido a su único familiar, cosa que el escritor nunca nos rebelo sobre la madre de la joven de dieciocho años, que habrá pasado con ella, esta en un retiro para despejar su mente o solo esta despechada por el dolor de la perdida de su padre…” . Despechada!? Ja-ja, si como no, como si supieran lo que es perder a tu único familiar, la presión de todos ellos y sobre todo la tonta fama, arrugue el periódico y lo bote en el sesto de basura, seguí caminando sin rumbo, por mi cabeza aun no podía pasar aquel negativo comentario hacia mi padre, ¿Qué les pasaba a los reporteros de hoy?, una de mis metas es buscar a mi madre aun que no sepa en que lugar esta, la debo encontrar y mi segunda meta es cumplir mi sueño de cantante, por algo no cargue sola sin mi amada amiga Lulú. Las personas disminuían y entraba aun barrio el cual se veía muy sucio, tal ves sea un barrio de bajos recursos, seguí caminando y me encontré con un hombre moribundo sentado en la banqueta, tenia una manta rota y sucia y toda su ropa deshilachada. – emm…disculpe, sabe exactamente donde me encuentro? –
- Que linda?, no te escucho, acércate – dijo el hombre haciéndome una seña para que me acercara.
- Sabe donde est… aaah!!! Suélteme!! – grite ya que el señor me tenia agarrada de un brazo.
- Lindas joyas, sabes... una niña como tu perdida y sola no debería cargar con eso en el cuello – dijo el hombre acercándose a mi y en parte tenia razón, si quería dar una apariencia de niña normal no podía llevar conmigo joyas de ciento cuarenta dólares, me arranque el collar que tenia diamantes y se lo avente al hombre.
- Ya, listo, ahora suélteme! – dije jaloneándome.
- Oh, no, aun falta una – dijo señalando el collar el cual le pertenecía a mi mama, mi padre al cumplir los ocho años me lo había obsequiado, era un corazón el cual se habría y sonaba una música hermosa y dentro de esta tenia grabada una frase “ no existe lo imposible y menos en el amor”, no podía darle aquel preciado objeto aquel señor, seria como entregarle mi único recuerdo de mi madre y mi padre, con todas mis fuerzas jale la mano la cual me tenia agarrada y sin pensarlo como en aquellas películas de acción le patee en sus bajos, cosa que con aquel golpe el señor me soltó, Salí corriendo a donde fuese, solo quería estar lejos de hay, no veía las calles ni menos los semáforos, seguí corriendo asta que oí el derrapar de unas llantas, voltee hacia el mi lado derecho y una camioneta Hummer había frenado en seco, pude divisar que en los asientos traseros estaban dos pequeñas niñas, tal vez de unos nueve o diez años, y en el volante un joven, el cual me miraba sorprendido, sus ojos verdes fuertes se clavaron en los míos, sus labios rosa y hermosos, sus facciones eran interesantes, su barbilla, sus cejas pobladas, era un chico demasiado apuesto, tenia una mirada traviesa y su piel, blanca, sentí como mi corazón se aceleraba con solo verlo, que me pasaba?, que es lo que sentía?, a penas había llegado a Los Ángeles y al ver a aquel chico mi corazón se aceleraba, pero todo acabo gracias a un sonido el cual provenía del auto, me había pitado, agite mi cabeza para salir de esos pensamientos.
- Auch! – dije quejándome del sonido.
- Si te quieres mover, tengo prisa! – grito desde el parabrisas.
- Ush! Que genio, ya cásate – dije torciendo los ojos, avance para que el desesperado pero lindo joven avanzara, solo mire de rojo como siguió la camioneta, valla…lo volveré a ver?, pf! Mayra! En que piensas, seguí caminando por aquella banqueta, pero antes de cualquier incidente me quite la cadena de mi madre y la guarde en la bolsa de la chaqueta, valla, como estarán en Inglaterra?, y sin mirar cruce una calle y volví a escuchar el derrapar de unas llantas, pero a diferencia de este auto, es que este me toco haciendo que me callera de sentón, rápido oí las puertas del auto abrirse.
- Estas bien cariño? – dijo una voz femenina, abrí mis ojos y mire a la señora y el señor, peor valla! Son los que se besaban en el aeropuerto, el señor me extendió su mano para ayudarme a pararme, la tome y me levante. – sientes algún dolor?
- No, no, estoy bien, gracias – dije regalándoles una sonrisa.
- Que maravilla, tienes un acento ingles – dijo el señor.
- Si, es que…soy inglesa
- Que maravilla, pero estas perdida o buscas algún hotel? – pregunto la señora, que persona mas dulce al preocuparse por un ser desconocido.
- La verdad es que estoy perdida, viaje para… - pause, no podía decir que viaje para cambiar de vida, piensa, piensa, claro! – conseguir trabajo…de lo que sea – sonreí.
- Trabajo?, cuantos años tienes? – pregunto el señor.
- Dieciocho
- Eres muy joven! – dijo la señora sorprendida – que no tienes padres?
- Emm…no, solo vivía con mi nana la cual falleció – mentí, los señores se echaban miradas y luego ambos sonrieron.
- Cariño, tenemos un trabajo para ti, si es que lo deseas aceptar – dijo el señor.
- De que se trata? – pregunte, si algo me había enseñado mi padre era nunca aceptar una propuesta sin saber de que consistía.
- Queremos que seas niñera de nuestras dos hijas pequeñas, mi marido y yo tenemos una vida muy atareada, y ambos no podemos cuidarlas, solo su hermano mayor cosa que le fastidian, por eso dejamos a mis hijas en casa de amigos, pero…para ellas es muy agotador día con día estarlas llevando…que dices? – dijo la señora.
- Claro! – dije sonriendo, valla…siempre me gustaron los niños pequeños, y niñera de dos niñas no seria nada mal.
- Entonces, sube al auto, te quedaras a dormir en nuestra casa, comerás todas las comidas, serás como una huésped mas en nuestra casa, solo tu tarea será cuidar a nuestras hijas – dijo el señor.
- Gracias señores – dije sonriéndoles.
- Oh, no nos llames así, mi nombre es Marian y el de mi esposo Kevin.
- Un gusto conocerlos – subí al auto y el señor Kevin arranco, valla, tenia un trabajo y era ser niñera, ahora falta que sus tres hijos me acepten.

~*~
- Admítelo, te gusto – dijo mi hermana menor.
- No, no y no! – dije nuevamente.
- Claro que si, te quedaste viéndola mucho tiempo, casi se te caía la baba – dijo mi otra hermana.
- QUE NO! – volví a negar y es que estaban insoportables desde aquel suceso el cual aquella chica linda, con sus ojos miel se había atravesado, su cabellera en capas un poco mas debajo de sus hombros, sus mechas rosas, y sus labios rosas, era una ángel, era imposible no verla, pude notar su perfecto cuerpo sobre aquellos pantalones entubados y una blusa straple negra, si un hombre la veía podía ser la envidia de todas las mujeres, perfectas definiciones, perfectas piernas y perfectas curvas, la fantasía de todo chico que si la comparábamos con Megan Fox aquella chica saldría ganando, la volvería a ver?, eso esperaba, era…única…pero por dios! Joseph que te pasa!, tu tienes novia…la cual no quieres pero tienes!
- Y sigues pensando en ella – dijo nuevamente mi hermana.
- Ok si!, me pareció linda…
- Muy linda…
- Demasiado – dije nuevamente viéndola en mi imaginación.
- Te gusta, te encanta, te quieres casar con ella – empezaron a cantar a coro mis hermanas.
- Arrg!! Mocosas ya verán! – dije parándome del sofá y ellas al instante corrieron hacia la planta alta – a donde creen que van, cobardes vengan aquí! – subí los escalones rápidamente, solo escuchaba las risas de mis hermanas corriendo por toda la planta alta, asta que ellas callaron al igual que yo cuando oímos la puerta principal abrirse.
- Hola, hola, papa esta en casa – dijo mi padre, los tres bajamos corriendo y mis hermanas al verlo se aventaron a abrazarlo.
- Papa! – dijeron ambas.
- Mis pequeñas, adivinen que les traje – dijo mi papa con una sonrisa, en eso en la puerta apareció mi madre y junto a ella…era, oh no, no podía ser, era la chica!.